lunes, 5 de octubre de 2015

Julio Florez- EN EL CAFÉ




EN EL CAFÉ 

Y aquel amigo me contó tu historia: 
negra historia de horribles liviandades, 
que hoy viven azotando mi memoria, 
como azotan al mar las tempestades. 

Me habló de tus sonrisas y miradas, 
de tus abrazos mudos y tus besos, 
y de todas las vivas llamaradas 
de tu amor... y también de sus excesos. 

Pobre amigo Inocente, no sabía 
que cuando estaba de su amor hablando, 
las puertas del infierno me entreabría; 
me estaba el corazón despedazando! 

-¿No la conoces tú? -me dijo al cabo-. 
-¡Tan hermosa! ¡Tan dulce! ¡Tan ardiente!-
Y yo que he sido de tu amor esclavo, 
-No- respondí con voz desfalleciente,

en tanto que llegaban, como tropa 
de aves enfermas, los recuerdos gratos
de tus caricias en la noche aquella, 
-¡Por ella...! -dijo- y levantó su copa- 
-¡Salud... por ella...! ¡Por ella...!". 
Yo alcé mi copa y murmuré: "¡Por ella...!"

Mas, como viese en esta 
vez, mi amigo bizarro, 
humedecerse mis pestañas, 
fijo en mi faz -¿Lloras? -.,dijo- 
y yo exclamé: "¿No ves que me molesta 
El humo que despide tu cigarro?". 

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